Pequeño palmeral cuyo nombre se debe al manantial de aguas permanentes sobre el que se asienta y que está considerado el más caudaloso de la isla. Ocupa un estrecho y corto barranco. En su salida hay varias gavias de cultivo y un pozo abandonado que antiguamente se aprovechaban de sus aguas subterráneas.
Además de su importancia natural tiene también un gran interés histórico, pues en él descansaron los conquistadores normandos en su primera incursión a Fuerteventura en 1402. Sus crónicas hablan de 900 palmeras y arroyos de agua permanente desde aquí hasta Betancuria.