El conocido como Puerto de la Peña es en realidad un gran anfiteatro acantilado de 700 metros de semicírculo y hasta 40 metros de altura capaz de proteger estas aguas de las fuertes corrientes de la zona, ideal por tanto para permitir el fondeo de los barcos.
Su pequeño embarcadero rocoso fue el lugar por donde en 1402 pisaron suelo majorero los primeros conquistadores normandos de Fuerteventura.
La rada del Puerto de la Peña fue considerada luego como lugar principal para dar salida y entrada a los productos del pequeño comercio de la isla con el exterior, durante los cinco siglos siguientes.
Ha sido siempre un estratégico puerto al ser el único abrigo natural importante en toda la costa majorera de barlovento, a resguardo de los ataques de piratas y berberiscos.