El Saladar de Jandía

Un denso tapiz de vegetación

Este espacio comprende 115,6 hectáreas, ocupando una franja costera de algo más de dos kilómetros de largo y una anchura máxima de unos 500 metros.

Gracias al flujo de las mareas es inundado periódicamente, alcanzando su máximo nivel de encharcamiento en los equinoccios de otoño y primavera (mareas vivas). Alberga una importante representación del hábitat de saladar. Su riqueza florística unida a su valor potencial como zona de reproducción, cría y refugio de aves migratorias y marinas, le confiere un alto valor científico.

7 m.

1 hora 30 minutos

5,1 km.

Ruta Circular

Por razones de conservación está prohibido adentrarse directamente en el saladar, algo por otra parte difícil debido a la densidad de vegetación y el suelo limoso encharcado. Sin embargo, hay varias formas de apreciar los valores de este espacio. Nuestra ruta propone rodearlo en su totalidad.

La ruta parte del extremo suroriental del saladar, junto a la playa, desde donde bordearemos el espacio caminando siempre junto a la valla de madera que delimita el espacio protegido. Llegados cerca de los hoteles que se encuentran en el límite occidental del saladar podemos pasar a la avenida y regresar por el camino peatonal al punto de partida, en su mayor parte adornado por una bella avenida arbolada de palmeras canarias. Durante el paseo habremos pasado suficientemente cerca de la mayoría de las plantas autóctonas más características. También habremos podido observar interesantes aves que deberemos respetar y no molestar o espantar, pues necesitan mucha tranquilidad.

Los que no tengan tiempo o ganas de hacer la ruta completa pueden obtener una buena visión de conjunto del saladar desde la pasarela de madera que sirve de acceso a la playa, cruzando desde la avenida en dirección al faro.

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