La gavia es un original sistema agrícola propio de las zonas áridas donde el agua de lluvia llegado en escorrentía, tomado de las alcogidas y llevado a través de unos caños hacia las tierras fértiles, se almacena en el mismo lugar del cultivo.
Son en realidad pequeñas parcelas de terreno convertidas en presas temporales de agua gracias al cierre de todo su contorno con unas paredes o caballones de tierra denominados trastones, precedidos por la torna que da entrada o cierre al agua. Comunicadas entre sí por una ingeniosa estructura escalonada conectada a través de los portillos, el reboso de una parcela permite el llenado de la siguiente, o su evacuación cuando llega a un determinado nivel gracias a unos aliviaderos que impiden el derrumbe de los trastones.
De esta forma el agua de lluvia torrencial, que llega cargada de nutrientes por las laderas, es reconducida hacia las parcelas. En ellas, gracias a lo arcilloso de los suelos, se irá infiltrando lentamente en lo que popularmente se conoce como “beber la gavia”.