Este destartalado muro de piedras es en realidad una antigua muralla aborigen con más de 1.000 años de antigüedad.
Según las crónicas de la conquista de Fuerteventura, a comienzos del siglo XV, el istmo de Jandía estaba atravesado en su parte norte por un sólido muro de piedra a modo de muralla infranqueable. Al norte de la misma se extendería uno de los primitivos reinos aborígenes, el de Güise, mientras que al sur se encontraba el dominio de Ayose. Hoy, de esta pared solo puede verse en algunos tramos su parte baja, mientras que en muchos otros ha desaparecido por completo. Se extiende aproximadamente desde Matas Blancas hasta las cercanías de La Pared, transcurriendo al norte de la actual carretera que une ambas localidades.
Algunos arqueólogos piensan que la pared del istmo no dividía a los dos reinos de los antiguos majos, sino que este límite transcurría en realidad mucho más al norte, a la altura del barranco de La Torre, cerca del actual aeropuerto, por el Este, y hasta la playa del Jurado, en Ajuy, por el oeste. El muro del istmo serviría en realidad para delimitar un terreno de uso común para los habitantes de ambas demarcaciones territoriales que abarcaría toda la península de Jandía.